Durante la última década, el hacedor y mecánico orgánico Blair Somerville ha gestionado y operado la galería Lost Gypsy, una extensa colección de esculturas kinéticas, autómatas, y cachivaches electrónicos. Situado en un rincón remoto de la Isla Sur de Nueva Zelanda, la galería se ha convertido en la obra de vida de Somerville, un testimonio de la ingenuidad artística, y una atracción turística poco convencional donde los visitantes pueden experimentar de primera mano su interactivo “Fine Acts of Junk”.
El cineasta Joey Bania nos lleva dentro de este encantador, pero extraño, país de las maravillas en su nuevo cortometraje documental Lost & Found, financiado en parte por BBC Worldwide Young.
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